Es el más grande que existe en la actualidad y cubre aproximadamente un
cuarto del cielo visible. Se trata de un mapeo que ubica en tres
dimensiones la posición de esos conjuntos de estrellas. Permitirá
estudiar las propiedades de la energía oscura. En el equipo
internacional de científicos que trabajó en su elaboración, participó
Ariel Sánchez, investigador del Instituto Max Planck de Física
Extraterrestre y egresado de FaMAF.
Recientemente, científicos del proyecto Sloan Digital Sky Survey III
(SDSS-III) presentaron los resultados finales del catálogo BOSS (Baryon
Oscillations Spectroscopic Survey), un mapeo tridimensional con la
posición exacta de 1,2 millones de galaxias. Se trata del registro más
extenso existente en la actualidad, ya que cubre aproximadamente un
cuarto del cielo visible.
Ariel Sánchez es uno de los cientos de científicos que participaron en la iniciativa. Actualmente forma parte del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre,
ubicado en Alemania, pero se licenció y doctoró como astrónomo en la
Facultad de Matemática, Astronomía, Física y Computación de la UNC. En
diálogo con UNCiencia, explicó que los resultados del catálogo fueron presentados semanas pasadas en 13 artículos.
"Durante cinco años utilizamos el telescopio Sloan, ubicado en Nuevo
México (Estados Unidos), para mapear las posiciones en 3D de cerca de
1,2 millones de galaxias. Los resultados muestran, al igual que
catálogos anteriores, que las galaxias forman una variedad de
estructuras: grandes cúmulos conectados por 'hilos' de galaxias que
llamamos 'filamentos' y rodean grandes regiones vacías", apunta.
Según explica, esas estructuras se formaron durante la evolución del
Universo gracias a la gravedad. Poco después del Big Bang, se generaron
pequeñas fluctuaciones en la densidad del universo que la gravedad se
encargó de amplificar a través de miles de millones de años llegando a
formar las galaxias y cúmulos de galaxias que vemos hoy. "Las
propiedades de estas estructuras guardan cierta memoria de las
fluctuaciones que les dieron origen y de la evolución del universo.
Analizando estas estructuras en detalle es posible recuperar esa
información", completa.
La finalidad última del mapeo es comprender un poco más las propiedades
de la energía oscura. "En las últimas décadas aprendimos que la materia
ordinaria –que forma las estrellas y galaxias– solo constituye
alrededor del 5% del contenido del universo. Del resto, un 25% está
formado por materia oscura, una forma de materia que no emite ni absorbe
luz y solo interacciona con el resto de la materia en forma
gravitacional. El 70% restante está dado por algo más extraño aun: la
energía oscura, que contrarresta la fuerza atractiva de la gravedad y
acelera la expansión del universo. Aunque podemos detectar la presencia
de la materia y la energía oscuras, no sabemos exactamente que son. La
naturaleza de estas componentes están ente los misterios más grandes de
la física actual", explica.
El catálogo BOSS posibilitó obtener las mediciones más precisas hasta
el momento de las oscilaciones acústicas bariónicas, un elemento clave
para comprender las características de la energía oscura. Sánchez lo
sintetiza así: "Poco después del Big Bang, el universo era mucho más
caliente y denso que hoy. En esas condiciones, los electrones no
lograban unirse con los protones para formar átomos de hidrógeno. Ese
estado se conoce como un 'plasma'. Las oscilaciones acústicas bariónicas
son ondas que se propagaron a través de ese plasma, y que dejaron una
señal en la distribución de galaxias en gran escala que medimos con el
catálogo BOSS".
"Unos 400 mil años después del Big Bang, la temperatura del universo
bajó lo suficiente como para que se formaran átomos de hidrógeno. En ese
momento, las ondas que se propagaban por el plasma se frenaron,
imprimiendo una escala característica en la distribución de materia,
dada por el radio de esas esferas. Esa escala –que debido a la expansión
del universo hoy corresponde a unos 500 millones de años luz– puede
medirse a partir de la distribución de galaxias. Esto nos da lo que
llamamos una “regla estándar”. Midiendo esta escala a través de la
historia del universo tenemos acceso a una 'regla' con la que podemos
medir la tasa de expansión del universo. Y eso nos da información acerca
de las propiedades de la materia y la energía oscuras", completa.
Sánchez adelanta que los resultados de las mediciones de las
oscilaciones acústicas bariónicas realizadas gracias al catálogo BOSS
les permitió obtener resultados consistentes con la hipótesis de que la
energía oscura se deba a la “energía del vacío”, una energía que llena
todo el espacio, incluso en ausencia de materia, cuyo origen puede
entenderse a través de la física cuántica.
En los próximos años, prevé que proyectos similares a BOSS construyan
catálogos de galaxias incluso más grandes y de esa manera se pueda
cubrir distintas épocas en la evolución del universo. "Estos nuevos
datos nos permitirán aprender más acerca de las propiedades y el origen
de la energía oscura que nos ayudarán a comprender más este fenómeno",
concluye.
Ariel Sánchez
se graduó como Licenciado en astronomía en la Universidad Nacional de
Córdoba en 2002. Cinco años más tarde obtuvo su doctorado en la misma
institución y emigró a Alemania en 2008. Desde entonces se desempeña
como investigador en el Instituto Max Planck de Física Extraterrestre,
de ese país.
Actualmente realiza su labor científica en el Grupo de Astronomía
Óptica e Interpretativa en el área de Cosmología y el análisis de la
estructura a gran escala del Universo. En ese marco, participa de
diferentes proyectos multicéntricos como el Sloan Digital Sky Survey III
(SDSS-III), el Experimento telescopio de energía oscura Hobby-Eberly
(HETDEX) y la misión Euclides de la Agencia Espacial Europea.
Créditos: UNC
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